El sistema penitenciario incluye castigos y medidas de seguridad, así como el seguimiento post penitenciario, en cada una de estas etapas se ven implicados derechos humanos que deben promoverse, garantizarse, protegerse y respetarse como parte de las obligaciones que el Estado tiene respecto de toda persona, incluso las privadas de la libertad. México tiene como prioridad reinsertar a las personas a la vida civil que han sido encarceladas, el cual resulta ser un desafío importante para el sistema de reclusión, la sociedad no tiene el conocimiento ni está preparada para sentirse parte del problema y tomar responsabilidad en la reinserción social, no como tema de perjuicio sino como un tema de prevención social. El tema causa aún más impacto cuando decidimos caminar y conocer los 12 ceresos existentes ubicados en el Estado, que ocupan sistemáticamente los más bajos índices de desarrollo, esta estadística es información obtenida del diagnóstico nacional de supervisión penitenciaria 2019 " 2021 en donde Guerrero tiene una calificación estatal de 5.07 en general y una población de 4,244 presos, la cárcel de Chilpancingo tiene el promedio 4.4 lo cual demuestra la deficiencia en nuestro sistema penitenciario estatal, por ende, los individuos recluidos viven y se desarrollan en condiciones desiguales de vida y acceso a los recursos, ello como factor pre y post de ingreso al centro de reclusión.