Actualmente habitamos en ciudades que presentan diversas complicaciones urbanas como resultado del mundo en que vivimos, en donde la propiedad privada y la ganancia están sobre las necesidades de hábitat de la población. Las primeras aglomeraciones humanas surgieron por las concentraciones industriales, ocasionando un rápido crecimiento de las urbes; una gran masa de trabajadores se concentró en torno a las fábricas, desde el inicio se le dio prioridad a los desarrollos económicos por encima de los derechos de la clase trabajadora (Benévolo, 1980). Es importante tener presente que desde el origen de las ciudades y a lo largo de la historia, siempre han tenido preferencia la iniciativa privada y las ganancias económicas por encima de las condiciones humanas y del medio natural. En tales circunstancias, se hace necesario reflexionar y precisar que ¿la ciudad es el mundo creado por el hombre¿ (Harvey, 2012); además, es el mismo lugar en el que la gran mayoría de la población mundial está destinada a vivir.