Durante siglos las emociones han sido sometidas a una serie de prejuicios creados bajo una narrativa científica positivista y occidental que las ha estigmatizado como algo subjetivo e irracional, sin embargo, el paradigma interpretativo y el paradigma sociocrítico reivindican la necesidad de entender al ser humano desde su complejidad y no solo desde la causalidad del estímulo y la respuesta. Las emociones son una especie de motor, un punto neurálgico para poder entender y transformar distintas sociedades cuyo común denominador es la diversidad. Este artículo tiene como propósito analizar y debatir, partiendo desde la obra de la filósofa norteamericana Martha C. Nussbaum, la relación que guardan las emociones tales como la ira, el miedo o la incertidumbre con la construcción de una política conservadora y lo que esto supone para la democracia tal y como la conocemos hoy en día. La intención es articular un análisis crítico que nos permita, desde la complejidad y sus vertientes sociológicas, económicas y politológicas, entender el comportamiento de las migraciones políticas intempestivas en un nuevo ciclo de efervescencia electoral en toda América.